En "El hombre en busca de sentido", el autor Viktor Frankl, austriaco judio que vivió la segunda guerra mundial, cuenta desde una perspectiva psicológica su experiencia personal en distintos campos de concentración alemanes.
Ha resultado un libro interesante, con comentarios que invitan a la reflexión, como por ejemplo cuando habla de los límites de resistencia del cuerpo humano en situaciones extremas, muy por encima de lo que podamos pensar en estos tiempos de acomodamiento.
La vida en el "lager", como se llamaban los grandes campos de concentración, restringía al máximo la libertad de la persona, que perdía su nombre y pasaba a estar identificada por un número, que con mucha probabilidad en poco tiempo sería borrado de cualquier listado.
No obstante, no todas las personas reaccionaban de la misma forma ante unas ciscunstancias que no podían cambiar; mientras que algunos perdían sus ganas de vivir, los que mantenían un sentido para sus vidas, como puede ser el amor a su familia o alguna labor relevante para la sociedad, multiplicaban sus probabilidades de supervivencia. En última instancia todos eran libres de elegir su actitud frente a un entorno hostil y extremo que de ninguna forma podían cambiar. En el límite, unos pocos incluso consiguieron fortalecerse interiormente, ya que, según comenta Frankl, "lo que no termina con nosotros, nos hace más fuertes".
En fin, para quién esté interesado, es un libro que se lee rápidamente y contiene reflexiones con posibles aplicaciones personales, aunque con suerte, nosotros aprenderemos desde la práctica de los demás, y no desde la propia.
Al margen de la tematica del libro, otro aspecto que me ha llamado la atención es como denominaban los presos a aquellos compañeros que, habiendo perdido el interés por vivir, quedaban como zombies demacrados, sin comer, sin afeitar, sin acudir al trabajo forzado, a sabiendas de que eso les llevaría al final de sus sufrimientos. Pues bien, los presos judios se referían a estos compañeros con el término "musulmanes".
26 noviembre 2005
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Menos pedanteria please.
Saludos.
No me resulta que nada de esto sea pedante. Por el contrario me parece una idea magnífica recomendar libros que te aportan algo, un poquito más de sabiduría para incorporar en tu día a día. Y más hoy, cuando la mayoría de la gente lee libros que dicen poco, o películas que únicamente te entretienen.
Apoyemos la literatura de calidad, aquella que te entretiene y a la vez te forma.
Creo que si esto te parece pedante es que ves demasiado la tele, porque sinceramente de pedante no tiene nada. Es un estilo sencillo y explicativo.
Saludos para ti también.
La sabiduría no la dan los libros, pero muchas veces te ayudan a abrir un poco más tu mente y hacerte reflexionar sobre cosas que quizá nunca te habrías planteado si no hubieras leido ese libro.
Diría yo que son animadores de la sabiduría, te abren caminos que te hacen crecer.
Publicar un comentario