¡¡¡Qué tiempos aquellos...!!!
Tanto tiempo nos ha acompañado, tantas cosas vividas juntas, tantos lugares visitados... y ahora nos deja, o mas bien le dejamos nosotros a él. Nuestro coche por muchos años, bueno, el coche de Paco del que yo he disfrutado tanto, ya no nos sirve.
Ironías de la vida diría yo.
En literatura podríamos hablar de paralelismo, metáfora, tal vez también de personificación. Como si los astros se hubieran puesto de acuerdo, como si todo el universo hubiera esperado este momento y no otro para la despedida. Una despedida triste, muy triste pero necesaria. Lo antiguo ya no sirve porque la situación ha cambiado. Lo nuevo ya está aquí, aunque maldita la gana que tengo de descubrir lo que me traerá.
Hoy, limpiando por última vez a skodi (ya tiene otro dueño) la realidad se me ha venido de frente... el tiempo pasa, nos hacemos viejos, cambiamos, maduramos, aunque en el fondo seguimos siendo iguales, a pesar de que algunos ya no vean lo mismo en ti.
La vida te va dejando arrugas en la piel, algunas difíciles de disimular. A Skodi los continuos golpecitos de los otros coches le han dejado marcado. Ya no es tan perfecto como era antes, pero aún así yo me seguía quedando con él. Hoy, me ha recordado muchas cosas, aunque sobre todo una... otro distinto me espera. Maldita la gracia!
Ironías de la vida diría yo.
En literatura podríamos hablar de paralelismo, metáfora, tal vez también de personificación. Como si los astros se hubieran puesto de acuerdo, como si todo el universo hubiera esperado este momento y no otro para la despedida. Una despedida triste, muy triste pero necesaria. Lo antiguo ya no sirve porque la situación ha cambiado. Lo nuevo ya está aquí, aunque maldita la gana que tengo de descubrir lo que me traerá.
Hoy, limpiando por última vez a skodi (ya tiene otro dueño) la realidad se me ha venido de frente... el tiempo pasa, nos hacemos viejos, cambiamos, maduramos, aunque en el fondo seguimos siendo iguales, a pesar de que algunos ya no vean lo mismo en ti.
La vida te va dejando arrugas en la piel, algunas difíciles de disimular. A Skodi los continuos golpecitos de los otros coches le han dejado marcado. Ya no es tan perfecto como era antes, pero aún así yo me seguía quedando con él. Hoy, me ha recordado muchas cosas, aunque sobre todo una... otro distinto me espera. Maldita la gracia!
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