25 febrero 2010

Maternidad

Llevo tiempo queriendo escribir algo sobre la maternidad. De nuevo el tema pulula a mi alrededor de una manera u otra. Te encuentras rodeada del tema una vez más. No sólo por mi segundo embarazo, sino por la reciente maternidad de una amiga, la inminente maternidad de otra amiga y una compañera de trabajo... y otros casos en donde la maternidad va marcando el día a día.

Desde que empiezas a plantearte ser madre son muy comunes los problemas. Ya sea, porque justo cuando decides quedarte embarazada te das cuenta de que aquello no es tan fácil, y tras uno y otro intento aquello no funciona. Y piensas... tanto preservativo para esto? si lo sé no los uso!!

O porque de repente decides que quieres ser madre y tu pareja no comparte esta idea, este deseo.

O porque... tantas circunstancias suelen acompañar la decisión de tener un hijo...!!!


Yo desde muy pronto tuve claro que quería ser madre, tener hijos, formar una familia. Como les decía el otro día a unas amigas, siempre he tenido "vocación de mami" :-)

Al principio los tiempos no coincidieron, para él era demasiado pronto, yo estaba deseando tener un hijo... Nos costó su tiempo y sus disgustos, pero al final los tiempos se hicieron paralelos, alargando uno y acortando otro, un poquito cada uno. Eso es la pareja, no? Después vino un mal bache, una época cargada de intentos, desesperanzas, enfados, desconfianza... algo que era totalmente ajeno a nosotros hasta ese momento. Una época que gracias al tiempo se va borrando poco a poco. Yo casi ya la tengo olvidada en su totalidad y lo más importante... curada. Nada acompañaba a nuestro deseo de ser padres, ni siquiera la naturaleza. Hasta que por fin... se mezclo lo divino con lo humano, lo terrestre con lo celestial, el agua con el calor del sol, creímos lo que muchos no creerán nunca y nos fiamos, fuimos a Tabuyo!!!. Quizá fue que empezamos a creer de nuevo en nosotros como pareja... no sé, el caso es que por fin íbamos a ser padres.

Y de nuevo una herida en el corazón, un mal golpe del destino. Una inmensa pérdida que siempre tendré presente. Aquello tan querido se había ido. Y mi única pregunta en aquella época era ¿volverá? Ahora, y tras nuestra última visita a Tabuyo, sé que volvió, y ahora está con nosotros, como debió estar en desde un principio. Pero si las cosas sucedieron así sería porque era necesario. Quizá todavía no estábamos preparados.

Luego llegó la luz, e iluminó todo a nuestro alrededor. Su nombre Andrés. Todo empezó a ser nuevo otra vez más, más ilusión, nuevas sensaciones, experiencias. Por fin, experimentábamos la alegría de ser padres, la maravillosa aventura que supone. Trabajo? también. Pero con mucho merece la pena.

Desde el principio supimos que queríamos darle un hermanito a Andrés. Mucha gente nos decía que estábamos locos, pero nosotros queríamos, porqué, no? Una vez metidos en faena... y para él iba a ser más divertido y mejor. Así, que con miedo de volver a los impedimentos de antes, aunque esta vez diferente, nos pusimos manos a la obra. Y pronto una personita quiso formar parte de nuestra vida. De nuevo una sombra tiñó el horizonte de color gris, pero muy pronto, las nubes se despejaron, y esa personita volvió con nosotros, esta vez para quedarse. De nuevo Tabuyo, esta vez más certeramente que entonces, ha estado tan presente!! Y así estamos.. esperando ver la carita de nuestra hija, Rocío, que todavía plácida, coge fuerzas dentro de mi vientre para enfrentarse a una nueva vida, esperemos que llena de color, luz y calor.

Esa es nuestra historia, mi historia de maternidad. Con altos y bajos, complicaciones... pero sobre todo alegrías y felicidad. El escuchar como tu hijo te dice "mamá" o como te da un beso o te pega un abrazo no tiene comparación con nada, y todo lo que puede haber sido malo, difícil... se borra de golpe.

El otro día una amiga me decía que yo quiero que todo el mundo tenga hijos, jeje. Pues sí, porque no. Yo soy feliz así, y por eso animo a la gente a vivir esta experiencia. Da igual que sea una maternidad física o no.

Lo importante es tener claro que quieres ser madre. Ante eso, nada puede frenarte. Si físicamente no puedes, existe la adopción. A mí no me importaría adoptar un niño, un niño que se convertirá en tu hijo, un hijo igual que si lo hubieras parido. Lo importante es el sentimiento. Es algo que siempre he tenido en mente, algo que nunca me ha dado miedo. Quizá sea porque soy muy ingenua, o porque a veces quiero vivir en un mundo que no existe.

De la misma manera, si tu pareja no te apoya en tu decisión... si sabes que tus tiempos nunca van a coincidir... eso ya es más complicado. Y si tu pareja, de la que estás locamente enamorada no quiere tener hijos? no ahora, no, nunca!! esa decisión ya es más difícil, aunque todo va a parar al mismo camino, "tener claro que quieres ser madre". Si tienes eso claro realmente las decisiones vendrán solas, sin miedo, coherente con aquello que deseas y que no quieres dejar de experimentar. Que ya sabemos que sólo se vive una vez, sólo una!! y lo que no hagas ahora no lo podrás hacer más adelante, porque la vida es limitada, con un principio y un fin.

Se que a veces soy muy radical en aquello que digo, pero soy así, que se le va a hacer. A veces dura como las piedras, otras veces blandita como un algodón de azúcar :-)

Como me gustaría volver a leer aquellos textos sobre la maternidad que tanto me ayudaron en su día. Qué pena que desaparecieran de la Red. Supongo que tuvieron su momento. Qué lastima no haberlos guardado!!


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