
Parece que fue ayer, pero nada más lejos de la realidad. Son ya catorce años los que compartimos él y yo, uno junto al otro y muy pocas oportunidades de distancia. Esto era motivo suficiente para celebrar un año más el 22 de diciembre, una fecha mágica para nosotros. En estos años nos han pasado muchas cosas, y entre ellas hace cuatro nos casamos, así que la celebración fue doble... bueno, este año triple, porqué no?
Así que la celebración ha ido de acuerdo con toooodo lo que celebrábamos, y como dice Paco hemos tenido una "celebración gitana", porque ha durado 3 días!!! Y es que tanto amor... no puede pasar desapercibido.

En estos catorce años por supuesto que hemos tenido nuestras crisis, alguna mayor que otra; últimamente sabeis que ha sido difícil mantenerse a flote, pero ahora creo que la embarcación está a salvo, ha llegado, movida por el destino, a una isla llena de belleza, manjares y paz, mucha paz, y amor, muchííííísimo amor.
Primero nos fuimos a comer a Samarkanda, el restaurante donde celebramos nuestra boda, cuatro años después allí volvíamos a estar. La comida riquísima, lástima que no pudieramos bañarla con vino, y el postre... volvimos a probar el pan perdido de manzana, y volvimos a comprobar que está realmente delicioso.

El sábado continuamos la celebración en Cuenca, exáctamente en un hotel rural muy recomendable, en el que repetimos. Es todo un lujo alojarse allí, las habitaciones están decoradas con mucho mimo (por lo menos en las que hemos estado) y la tranquilidad es asombrosa. Además no es muy cara, para como está el turismo rural últimamente. Un lugar ideal para perderse, porque está en medio de ninguna parte, aunque eso sí a sólo 7 kms de Cuenca.
Y también... ruta por el campo, risas, fotografías antiguas, recuerdos, agua, fuego, nombres, sueños.... y un esplendido día. Unos días para recordar, sin duda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario