01 febrero 2008

Oscuridad

La puerta se había cerrado. Todo estaba oscuro.
Antes, un pasillo cada vez más estrecho me había dirigido sin contemplación hasta allí. Sabía que no era bueno, cuando la luz de aquellos largos pasos era cada vez menos intensa. Sabía que la salida cada vez quedaba más lejana, ¿pero esto...?


La puerta se cerró tras de mí y la oscuridad lo envolvió todo. Mi corazón parecía romperse después de aquella carrera a la desesperada para salir de allí, y ahora esto... La angustia era mayor. El aire parecía no existir, quizá allí, en aquel no sé que, no haya oxígeno. Quizá vaya a morir en segundos, antes de lo que esperaba... quizá sea mejor así, porque creo que aquí tendré mi final.

Mi corazón se acelera más, el sudor frío recorre mi cuerpo, el cansancio...

Parece que todavía no ha llegado mi hora. La angustia continúa y puedo seguir respirando aquella densidad. ¿Dónde estoy? Aquí no hay nada, sólo oscuridad y paredes... paredes que voy recorriendo agónicamente con mis manos intentando descubrir algún pequeño hueco por el que huir. Parece que la estancia tiene infinitas paredes que no me canso de recorrer con los dedos, ya llenos de heridas.

Me siento, intento tranquilizarme. Mi corazón lo agradece, pero la mente no da tregua... este es el final. Estoy encerrada. Aquí no hay nada, sólo oscuridad, vacío, frío. El frío cada vez es mayor, o quizá sea m cuerpo el que cada vez está más gélido.

Hace tanto que no veo a nadie. El tiempo a veces es confuso, pero ya llevo mucho tiempo corriendo, atrapada entre este par de paredes, sin poder ver la luz del sol, y sin tener contacto con nadie.

Parece una película de terror, de esas que nunca me gustó ver, pero aquí estoy. ¿Será un sueño?¿una pesadilla, quizá?. Pero no, todo es tan real.

¡Quiero salir!

Nadie puede oírme. Las paredes parecen demasiado robustas, además ¿dónde estoy?¿cómo llegué hasta aquí? ...mejor no voy a pensar en ello porque el corazón se me vuelve a acelerar y en esta situación es mejor estar tranquila... o no. No recuerdo nada sólo recuerdo mis días anteriores a este terror. Eran normales, tranquilos, todo parecía estar en orden; mi pareja parecía quererme, mis padres preocuparse por mí, mis amigos... a mis amigos parecía importarles. ¿Nadie me habrá echado de menos?

¡Socorro!

No sé como llegue a correr por aquel laberinto ¿porqué? ¿acaso alguien me perseguía?¿Huía de algo? no recuerdo nada, pero es tan... si todo estaba bien...

¡Mierda! Las lágrimas empiezan a hacerme compañía... y ahora me entra miedo, pánico. ¡Quiero explotar! Si es un sueño, dejar de soñar, y si es realidad, dejar de vivir.

Si alguien me está viendo, por favor quiero acabar con esto. Estoy agotada, aterrada, sola.
Definitivamente la puerta está bien cerrada, las paredes son firmes, allí no hay nada. Parece que la eternidad se ha instalado conmigo aquí dentro, ¿cuánto llevaré?. Cuando salga no soportaré la luz del sol... cuando salga... qué ironía.

¡Quiero salir! susurré ya sin fuerzas.

Ya estoy decidida, pero ¿cómo? si aquí no hay nada... ¿cómo acabar con esto?

... me rindo...

Y allí, aterrada, sentada sobre el frío suelo, entre aquellas paredes que la apresaban, se dispuso a dejar pasar el tiempo, con su mente en blanco. No duraría mucho. El final estaba cerca. Por fin. Iba a descansar. Sólo pensaba en eso, descansar. Por fin.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La puerta no se cierra nunca del todo, a no ser que tú lo hagas;y eso no será asi porque aqui estoy yo y otrso muchos dispuestos a que tu deseo sea abrirla de par en par:verás el mundo de otra forma con una luz iluminando lo ´más bello de tí y de la vida. No estás nunca sola, son momentos, estados de ánimo que así te lo hacen creer, pero piensa, mira dentro y fuera dce tu alma, ve la realidad y te darás cuenta de la cantidad de gente que te quiere. NO te menosprecies porque eso no te hace bien. Vuelve a la realidad , a la luz, a la vida.Deja ese pasillo estrecho y oscuro y sal a la garn sala iluminada donde te esperamos todos para abrazarte y felicitarte por no olvidarnos, por elegirnos. Te queremos.LBR