El viernes volvimos a disfrutar de una magnifica velada entre amigos, como en los viejos tiempos... esa es la sensación que me quedó de la noche
Eramos pocos y se echó de menos a gente, pero lo pasamos muy bien. Los niños se portaron bien y se fueron pronto a dormir,dejándonos disfrutar de otra cena en la terraza, y su posterior sobremesa.
No sé porque, pero echaba de menos una cenita así. Creo que el hecho de pensar que puede ser la última de la temporada (sobre todo para ti, Celia!) la hizo más románticona y nos hizo recordar otros viejos momentos. Tengo que reconocer que la cachimba, las velas, el incienso y el cava tuvieron mucho que ver en este disfrute. Hacía tanto que no nos fumábamos una cachimba! y esta vez con tabaco recién traído de Turquía (muchas gracias Virginia y Philippe!! estaba buenísimo). Incluso el que había proclamado su retirada de este vicio fumo! si es que no se puede hablar!!!!
Siempre digo lo mismo, es un placer quedar con amigos, charlar de nuestras cosas, nuestras preocupaciones, de cosas mundanas, como la gripe A, de nuestro verano, nuestros planes para el próximo curso. Que agustito que estuvimos!!!
Recuperamos a Elo, después de mucho tiempo de no saber de ella y tenerla entre nosotros compartiendo de nuevo las pequeñas cosas. Brindamos por el reencuentro, por la próxima llegada de Julia, por el otoño.
No sé vosotros, pero yo me sentí muy bien. Nada agobiada con la cena, el niño que se despierta, el fregoteo, que dejamos para el día siguiente, el frío que vino ya de madrugada. Fue un soplo de aire fresco. Y no me preguntéis porqué, pero así lo sentí. Cosas de mujeres... dirán algunos :-)
Viva la improvisación! y la cachimba! y el pacharán casero! y sobre todo... Vivan los amigos!!
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